
Todavía hoy es sorprendente el original inicio de esta obra maestra (1950): la cuenta un muerto (Joe Gills: William Holden), el protagonista, un escritor de segunda que sobrevive como puede en Hollywood. "El Crepúsculo de los Dioses" es una película que desde los créditos iniciales -aparecen sobreimpresionados sobre una carretera filmada en retroceso- rompe con la norma.
Al concluir los créditos el viaje termina, la música se apaga y se oyen sirenas, una voz en off explica lo que sucede: «Sí, esto es Sunset Boulevard, Los Angeles, California. Son alrededor de las cinco de la madrugada. Es la brigada de homicidios, completada con detectives y periodistas. Han informado de un asesinato en una de esas enormes casas de la manzana 10.000. Podrá leerse en las ediciones de la noche, lo dirán por la radio y se verá en la televisión, porque una vieja estrella está implicada; una gran estrella.»; y a continuación la cámara, que ha seguido a la caravana de coches oficiales, se introduce en la mansión en cuestión y se dirige a la piscina donde un cuerpo inerte flota: es el propio narrador. Es el comienzo más memorable del cine del Director Billy Wilder.
"Sunset Boulevar", como se titula el original en idioma inglés, es un retrato sombrío y fatalista de un mundo aparentemente lleno de glamour y supuestamente fascinante que se acerca al cine negro pero que en realidad no tiene clasificación posible, pues se puede ver, como un melodrama (la música de Franz Waxman tiene gran relevancia en este sentido) e incluso, como un film de terror.
Norma Desmond (Gloria Swanson) es una actriz madura ya retirada, que en la época del cine mudo triunfara de la mano de Cecil B. DeMille. Anclada en esos años pasados llenos de gloria, vive sola con su mayordomo Max (Erich von Stroheim), en realidad su primer marido y el director que la descubrió, ahora pendiente de su bienestar, manteniendo en ella la certeza de qué todavía es una estrella, aunque haya dejado de trabajar hace mucho y ya nadie la recuerde; en ese sentido pudiera ser un film realista, o un sueño, o un cuento, o tal vez una película.
Al final, disculpar que lo cuente porque estoy por recomendarla, Norma Desmond tras disparar a Joe Gills murmulla: «las estrellas no tienen edad»; el cine tampoco.