Nacida en 1977, Jane Monheit creció en Oakdale, Long Island. Cuenta que a los dos años ya cantaba “Somewhere over the rainbow”. Su tía y su abuela eran cantantes profesionales. Su hermano, guitarrista de rock, su padre toca el banjo en la música bluegrass y su madre estuvo en el teatro musical. En el colegio, Jane estudió clarinete y teoría de la música. A temprana edad se dió cuenta que lo suyo era el Jazz. Reconoce como su principal influencia a (cuando no) Ella Fitzgerald. Y así, a los 17 años inició su entrenamiento vocal formal en la prestigiosa Escuela de Música de Manhattan, con Peter Eldridge fundador y miembro del grupo vocal “New York Voices”. A los 20 (1998) ganó el premio alternativo de la competencia vocal que organiza el Instituto Thelonius Monk (el primer premio fue para la legendaria Teri Thornton, quien regresaba a sus 64 años convaleciendo de un cancer), donde la escuchó Carl Griffin, jefe de artistas y repertorio de la compañia multimedia N2K (también impulsador de Diana Krall) y le ofreció conseguirle un contrato al finalizar sus estudios. Esto la llevo a dejar sus actuaciones en cabarets locales y de Zurich, para firmar con el sello “N-Coded Music” haciendo su debut con el compacto “On never never land” (2000) acompañada en 10 baladas angelicales y conservadoras que ilustran su emergente talento musical, por figuras del Jazz como: Kenny Barron, Ron Carter, Lewis Nash, Bucky Pizzarelli, Hank crawford y David “Fathead” Newman.
Al año siguiente vendría “Come dream with me” con varias estándares, tan valorado como el primero, donde su crecimiento seguía siendo evidente. Siguió con “In the sun” (2002); “Taking a chance on love” (2004); “el navideño “Season” (2005) y “Surrender" (2007).
En términos generales, puede decirse que ha habido mucho aspaviento acerca de la cantante, pero es dificil determinar de que se trata. Se dice que en persona, ella es menos núbil (lejos está su primer noviazgo con un “Jazzmen” en el colegio) que lo que sugieren las portadas de sus compactos. Parece más “rubeniana” que sílfides, lo cual no es necesariamente malo, pero un tanto decepcionante, especialmente considerando la atención que ha ganado su “look” en las revistas, que sin embargo consideran que la también joven cantante Claudia Acuña va un paso adelante. El eterno compañero Tarzán puede estar tranquilo: De que la dama canta, canta. En 2009, lanzó para el sello “Concord Records” "The lovers, the dreamers and me" . Escúchela y dele su parecer al rey de los monos.