miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un blues famoso.

Cuando se trata de standards escritas antes de 1920 (El período temprano del Jazz), ninguna ha disfrutado más grabaciones de los artistas del género que la clásica de W.C. Handy “St. Louis Blues”. Considerado el blues más famoso y la composición más grabada de todos los tiempos desde 1930 hasta que “Star Dust” le quitó el título, veinte años después. Cuenta Handy en su autobiografía “Father of the Blues”, que luego de ser estafado por unos publicadores a quienes, dada la precariedad de sus finanzas, vendió por cincuenta dólares los derechos de su “Memphis Blues” en 1912, se decidió a crear un éxito que lo compensara. Así, en un cuarto rentado en la calle Beale de San Luis Missouri, nació en 1914 el famoso blues. Dice W.C. “Una correntada de recuerdos llenaron mi mente. Primero estaba el retrato que tenía de mí mismo, quebrado sin rasurar, deseando siempre una comida decente, parado frente al iluminado “saloon” sin camisa bajo el raído abrigo”.

No obstante que “St, Louis” electrificó a los bailadores, el éxito no fue inmediato. Al no poder encontrar editor musical, formó con un colaborador “Pace and Handy Music Company” para publicarla. Las ventas de las hojas musicales fueron moderadas. La canción se empezó a cantar en boudeville y teatro. Scott Joplin la versionó al Ragtime.








La popularidad que llegó a alcanzar este blues no estuvo restringida a EE.UU. David Ewen comenta en su libro “Great Men of American Popular Song” que el príncipe Jorge de Inglaterra y Marina de Grecia la bailaron en la ceremonia nupcial y que Etiopía la usó como canción de guerra durante la invasión italiana en 1930, año en que grandes del Jazz comenzaron a versionarla.






Me electrificó por primera vez a finales de los 70’s, con el cuarteto de Dave Brubeck (Paul Desmond incluido), en la grabación del “Live at Carnegie Hall”, versión que sigue siendo mi favorita.



jueves, 8 de septiembre de 2011

Eddie.

Uno de estos días veía en la prensa el anuncio de la próxima presentación en el auditorio de una universidad local, del pianista nuevayorkino Eddie Palmieri y su big band. Eddie es uno de los mejores pianistas del jazz latino de la segunda mitad del siglo pasado y algunos le atribuyen la paternidad del sonido que fuera conocido como “Salsa de Nueva York”. Empezó a estudiar piano clásico a los 8 años y pronto lo alcanzaron las influencias jazzísticas de pianistas como Monk, Hancock y McCoy Tyner, y con una técnica sobresaliente comenzó a experimentar fusiones en el contexto latino.

A mediados de los sesentas, el vibrafonista Cal Tjader en una de sus visitas a la gran manzana, escuchó a Palmieri y su conjuto de entonces, La Perfecta, actuando en el Cheetah Club. Con un “give your band the whole shit”, le propuso que grabaran juntos. En seguida se cerró el trato entre Morris Levy propietario del sello de Eddie (“Tico Records”) y Creed Taylor de” MGM/Verve”, sello de Cal. Como resultado, quedaron dos buenos álbumes: “El sonido nuevo” y “Bamboleate”. De este último incluyo un par de melodías, para los que no puedan permitirse gastar en el concierto que, a sus 75 años dará el maestro y su grupo.