
El papel del contrabajista en el Jazz era casi (si cabe la analogía) una misión metonímica, hasta que en 1939, Jimmy Blanton se unió a la orquesta de Duke Ellington, transformando por completo el escenario. Desde entonces, un puñado de músicos con talento ha puesto sus dedos en el trabajo de probar que Blanton estaba en lo correcto; que el contrabajo es capaz de una invención melódica y variedad rítmica desconocida antes de aquellos días.
Generalmente se asume que Oscar Pettiford tomó entre sus dedos la antorcha encendida por Blanton, no obstante que unos pocos, entre ellos Ray Brown han exhibido formidables niveles de inspiración. Sin duda así lo consideró el Duke, cuando en 1972, más de tres décadas después de su inolvidable experiencia, grabó a dueto para Blue Note este álbum con alguna reminiscencia de su trabajo con Jimmy.