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sábado, 2 de octubre de 2010

El Rey Zulu


El hombre de piel oscura con la trompeta dorada estiró sus cicatrizados labios, sopló una corta cadena de increíbles y brillantes notas, y luego, con cuidado colocó la trompeta al lado, y dijo:

"Ahh¡¡. Hay algo que he soñado toda mi vida. Y maldito sea si no se parece a lo que está por venir –ser el rey del desfile de los Zulus- . Después de eso, estaré listo para morir".



La tercera semana de febrero de 1949, pocos mortales estuvieron tan cerca de los deseos del corazón que Daniel Louis Armstrong. A sus 48 años estaba de regreso en el pueblo donde nació para ser monarca por un día en el bullicioso” Mardi Grass” de Nueva Orleans. Por primera vez en sus 33 años de historia, el “Zulu Social Aid and Pleasure Club” (fundado primariamente para asegurar a los suscriptores un funeral decente) había salido del pueblo por su rey del carnaval. En el pasado lo fueron porteros, dependientes o directores de pompas fúnebres (sin ofender a nadie), pero Louis, era un “royalty” de los grandes, inclusive una figura mundial. Muchos expertos del Jazz de la época que podían ser tan “snobs” y esotéricos como los existencialistas o los seguidores del culto a Bach, solemnemente lo proclamaban como el más grande genio musical que los U.S.A. produjeran. Alguien llegó a decir que el estilo Armstrong de improvisación “lo hizo un maestro del arte musical comparable sólo a los grandes castrados del siglo XVIII”.

Entre los intelectuales negros, los zulus y sus espectáculos eran considerados vestigios ofensivos del show juglar, tipo sambo negro. Para Armstrong, rey del jazz, el vasallaje de la parada zulu , sería la culminación sentimental de su espectacular carrera y un zambombazo, además. Para él, esas susceptibilidades eran absurdas. Le sonaban a nada.

jueves, 10 de junio de 2010

Los Santos Cansados


“When the Saints are Marching In” se le atribuye al señor Black (1856-1938) y a la señora Purvis (+1909. letra); ambos asociados a la iglesia metodista episcopal de Williamsport, Pennsylvania. Escrita como un himno (Gospel) fue patentada en 1896 como “When the Saints go Marching In”. Es curioso que Louis Armstrong, quien había crecido sabiendo la tonada gospel, tocada sombríamente para los funerales por las bandas de marcha que acompañaban a los deudos al camposanto, la grabara en 1938 sin que, de acuerdo con los eruditos, tuviera nada que ver con las anteriores versiones. Fue un arreglo vívido, en el que él pretendía ser un pastor ofreciendo su sermón. Desde entonces, Louis la grabó unas 40 veces más, convirtiéndola en la estándar del Jazz que hoy día se conoce, estrechamente asociada a las bandas “Dixie” de Nueva Orleans.

Así de conocida se volvió la melodía, que popularmente se le llamó durante los 1940’s, “The Saints”. Y tan requerida que las bandas, cansadas de tocarla le impusieron un cargo extra a su ejecución. Un viejo rótulo en el New Orleans’ Preservation Hall advierte: “$1 for standard requests, $2 for unusual requests and $5 for the Saints”.


Con todo, en 1951 la canción tiene un resurgimiento con el grupo “The Weavers” y la orquesta de Leo Diamond y, faltaba más, también el rey y el jefe la cantaron:

Se funda el equipo de futbol Americano “Los Santos de Nueva Orlean” y una versión es cantada durante sus juegos:

We are trav’ling in the footsteps
Of those who’ve gone before,
And we’ll all be reunited,
On a new and sunlit shore,
Oh, when the saints go marching in
Oh, when the saints go marching in
Lord, how I want to be in that number
When the saints go marching in

De nuevo la canción cae en el olvido unas décadas para resurgir como emblema, luego del huracán "Katrina".

viernes, 1 de enero de 2010

Un día inusual


"Parece que el pajarito mandón más conocido por Dios sopló en el flanco del primer hombre para animarlo y darle espíritu. Si en vez del pajarito hubiera estado allí Louis para soplar, el hombre hubiera salido mucho mejor. La cronología, la historia y demás concatenaciones, son una desgracia.
" Julio Cortazar; "Louis, enormísimo cronopio. La vuelta al día en ochenta mundos".


El primer día del año es cuando voy a la cama más temprano -alrededor de las 3 am - y despierto más tarde -exactamente al medio día- con el inicio de la tradicional cohetería. Pero este año, el estruendo se escuchó justo cuando Louis me soplaba al oído.



Bueno, también es el día en que despierto dos veces -la segunda con la tradicional cohetería de las 6 pm - y me levanto más tarde, este año acompañado por el rumor de una canción soplada por el viento desde algún lugar cercano.