
Un verdadero maestro del Jazz, Arturo Sandoval (1951). A pesar de que su reputación se la ganó como trompetista basado en el bop que toca inspirado por su nativa tradición cubana -lo cual es cierto-, ha incursionado profundamente en el tango, swing y jazz eléctrico, en su ya larga carrera. Es también un fino pianista y percusionista. Dicho esto, la noción de Arturo grabando una colección de piezas clásicas, estándares y baladas con un trío apoyado con orquesta de cuerdas, es un poco más que una sorpresa. Sin embargo, eso es lo que “A Time for Love” –como la vieja melodía de Mandel- su recién publicado álbum, básicamente es. Sandoval lo reclama como la realización de un sueño de 20 años. Lo quería lo suficientemente malo como para hacerlo y publicarlo por él mismo, pero el pianista Shelly Berg escuchó los demos y se los llevó a a Greg Field, de Concord Records, quien a su vez los dío a Jorge Calandrelli, quien arregló 8 de las 9 pistas con cuerdas y Berg arregló la otra (de Ravel), con Chris Botti como segundo trompeta, llevó a su trío y la coproducción salió:
Todo revela la profundidad emocional del toque de Arturo Sandoval, no sólo su impresionante “expertise” técnico acumulado que a veces apaga su fiero Jazz; la suavidad y ternura sin emociones sentimentaloides que susurran al oyente un trémulo swing:
o un profundo romance basado en la tradición vocal de las melodías de Mandel/Mercer, donde se pueden identificar sus dos grandes y confesadas inspiraciones para este álbum: el trompetista Bobby Hackett tocando con la orquesta de Jackie Gleason y el álbum “Clifford Brown with Strings”.
Un verdadero contraste en su catálogo. El tiempo dirá. Mientras tanto es recomendable para una reincorporación tranquila a la rutina del trabajo después de vacaciones, o algo así.