En los años cuarentas, dos hombres cruzaron el Atlántico en direcciones
opuestas. Ambos iban a tener poderosa
influencia en la música contemporánea.
Uno era el pianista inglés George
Shearing, quien haría de América
su residencia permanente. El otro era el
compositor y arreglista canadiense Robert Farnon, quien fue a Inglaterra como líder de la Banda de la Armada
del Canadá y se quedó. Shearing influenciaría a un completo grupo de pianistas.
Farnon se volvería gurú para toda una generación de arreglistas.
George Shearing tomó EEE.UU por asalto. Simplemente allí no estaban
preparados para la idea de un músico de jazz de Inglaterra , o de Europa en
general. A pesar de las grabaciones de
Stefano Grappeli y de Django Reinhardt, el jazz era considerado de su
propiedad. Aquellos días pasaron. El brillante contrabajista danés Niels-Henning
Ørsted Pedersen llegó a América desde Dinamarca, Toots
Thieleman desde Bélgica, y más. Pero Shearing fue el primer europeo al que la
afición jazzera estadunidense volteó a
ver, en su propio territorio. Hoy todo es diferente, claro.
Cuando Shearing pasó en el
barco frente a la estatua de la libertad
iba ya cargado de una técnica altamente desarrollada, un tono tibio,
maravilloso control y un modo particular de tocar coros en bloque cuando
soleaba, que eran rápidamente reconocibles.
Y a su toque agregaba infusiones de un humor seco (o flemático si se quiere). Pronto organizó un quinteto que incluía
guitarra y arpa vibrante. Era un sonido totalmente fresco y en pocos
años llegó a ser tan imitado que George tuvo que buscar otros contextos,
incluyendo el trío.
Mientras tanto, la influencia de Robert Farnon también se desparramaba.
La banda de la armada canadiense que compartía tiempo de aire con la de Glenn
Miller (y eso ya dice mucho) en las transmisiones de la BBC durante la guerra
(mientras las bombas caían sobre Londres), tenía una gran sección de cuerdas y Farnon
pudo experimentar con la aplicación de técnicas sinfónicas para bailar y jazz. Después de la guerra grabó muchos de esos arreglos,
apenas enmendados, en una serie de LP’s
que capturaron la audiencia de todos los
arreglista parecidos, en todos lados. Ninguno
negó su influencia. En una visita de Bob
a Nueva York , tantos arreglistas llegaron a la fiesta dada
en su honor, que Quincy Jones dijo después: “si una bomba hubiese caído en ese
apartamento, no habría habido otra nota sobre música escrita en NY por cinco
años”.
Bombas aparte, en 1970 el productor alemán Hans
Georg Brunner-Schwer dueño del estudio de grabación “Black Forest", basado
en su país, conocido por
sus prístinas grabaciones en vinyl, produjo cuatro Lp´s con el trío de George, “The
MPS”, integrado por NHØP, y el genial
guitarrista irlandés Louis Stewart. En el cuarto Lp, estas tres joyas de las que
no puede esperarse nada malo, son acompañadas por cuerdas, arregladas y conducidas
por –el diablo los cruza y dios los junta- Farnon. En 2007, los cuatro discos
fueron grabados con la misma fidelidad en compacto. Para los desafortunados que
no los poseen dejo estas melodías del último CD, que aunque un poco melosas, son agradables
para la noche de un día duro; con la recomendación de que adquieran la caja. Vale la pena.
4 comentarios:
Cruce da caminos y de estilos para que la música salga mejorada. Las cuerdas sinfónicas tienden a ser melosas pero no hay nada que impida para que puedan confluir con otros instrumentos y construir grandes cosas. En este caso la conjunción Farnon / Shearing da magníficos resultados. El estilo elegante, sofisticado y equilibrado del pianista inglés se aviene bien con el elemento orquestal y arreglístico aportado por Fernon.
Completamente de acuerdo contigo, Doc. Como dice el título del último álbum que grabó Shearing a sus 92 años "Hopeless romantics", hay un romantico irremediable dentro de cada amante del jazz. Farnon no es actualmente lo reconocido que debería ser en el mundo del jazz, pero tiene arreglos maravillosos del cancionero jazzístico en muchos álbumes del easy listening. Por otro lado esta música parece ser buena para la longevidad ya que murió a los 87 y activo.
Un gran musico, al que escuché por primera vez siendo un adolescente, y en mis primeros atisbos sobre la musica de jazz. Me impresionó de inmediato, su estilo elegante y melodioso, como tambien su virtuosismo. Sin dudas un gran pianista en la historia del jazz.
Saludos Armando
Un estilo impresionante sin duda. Incluso su ceguera le daba un toque de distinción.
Saludos Héctor.
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