viernes, 10 de julio de 2009

Una portada especial


La conocida revista Time había planificado para el mes de noviembre de 1963, una edición especial dedicada al pianista del Jazz Thelonious Monk, pero fue pospuesta debido al asesinato del entonces presidente de EE.UU, John Fitzgerald Kennedy. Fue hasta la edición del 28 de febrero de 1964 que la revista presentó a Monk en la portada (del pintor Boris Chaliapin) e incluyó en su sección de música un denso artículo sobre el músico, escrito por Barry Farrel.

La nota editorial cuenta que cuando Chaliapin –que, como hijo de un famoso “Basso” ruso del mismo nombre, estaba más confortable en el mundo de la opera que en los dominios “cool” del bop tardío- tuvo el primer acercamiento a Monk, este masculló un “all reet” que lo confundió, y cuando finalmente entendió, replicó con acento ruso “all root”. Durante cuatro posadas Thelonious tuvo el desconcertante hábito de caer dormido y Chaliapin de gritarle “Monk, Monk, wake up” para luego levantarlo de la silla y caminar con él alrededor del estudio. Después diría: “Monk es muy extraño, en el mejor sentido de la palabra”. En cuanto a Monk, le llevó una semana aprender a pronunciar el nombre del pintor, pero habiéndolo perfeccionado, improvisó una canción que repetía “¡Chaliapin¡ Chaliapin¡ una y otra vez, a la manera de ¡Hallelujah¡.

El nombre del escritor musical de Time, no recibió este tratamiento de Monk. Farrel más bien averiguó que “realmente no se puede entrevistar a Monk” y cuenta que tuvo como 40 charlas con él durante 2 0 3 meses, principalmente caminando en los alrededores del “Five Spot Café”, que era la base de Monk en Manhattan o sentados en algún bar oscuro a la 2 a.m. “Just like cosa nostra”, dice Barry.

Luego que saliera la revista, Columbia Records lanzaba un nuevo álbum (arriba), cuyo nombre se debío al hecho mencionado. El LP fue reseñado por el reverendo Norman O’Connor y foto de portada de Jim Marshall. Acompañan Charlie Rouse (saxo tenor), Butch Warren (bajo) y Ben Riley (batería).

5 comentarios:

Troglo Jones dijo...

Je, je, me le imagino durmiéndose mientras lo pintaban. Genio y figura, este Monk. Y tanto que era extraño, en el mejor de los sentidos.

Abrazos.

Armando dijo...

Todo un caso su sentido del humor. Sí señor.

Abrazo

Esther dijo...

Estos personajes tan excéntricos y tan individuales no creo que existan ya. Me imagino ahora mismo a los músicos de jazz encantados de la vida de salir en una portada de revista o con entrevista muy trabajada, es decir, muy activos con la prensa. Monk era de otro mundo.

Besos.

Hector Aguilera S. dijo...

Monk, fue un genio, un gigante del jazz, que además contribuyó junto a Parker, Bud Powell y Gillespie a cambiar la historia del jazz.
Saludos,

Armando dijo...

Tampoco lo creo, Esther. Los quince minutos de fama que hoy tanto importan los tuvo el pintor y el escritor musical con Monk. Las cosas van cambiando, fijate que en 1984 esta revista publicó portada de Michael Jackson pintada por Andy Warhol y ayer salió edición especial sobre su muerte.

De acuerdo contigo, Hector.

Saludos