domingo, 1 de febrero de 2009

Los Fenicios y el Acordeón en el Jazz.

Hasta donde se sabe, Fenicia, ese pueblo semita que durante los siglos XII y XIII A.C. llegó a dominar el transporte y comercio marítimo del Mediterráneo, no aportó nada al desarrollo de la música. Sólo en la expansión comercial y en la habilidad náutica desplegaron los fenicios marcada originalidad, siendo su industria principal la manufactura de la famosa púrpura, extraída del pequeño molusco “murex” y el tejido de finas telas de lino y lana.

Hilando (no tan fino), el deseo de conocer un poco sobre la incorporación del acordeón al Jazz me llevó a averiguar que dicho instrumento fue usado en los 30’s del siglo XX de nuestra era, básicamente en grupos orquestales, no obstante que también tuvo un nicho en el genero “ragtime” y que los pioneros en este temprano movimiento fueron Charlie Creath y Tito Guidotti. En ningun caso se puede, todavía, hablar de Jazz. Apariciones significativas del acordeón tuvieron lugar en este período, gracias a Gus Viseur, Toni Murena y Joe Privat, quienes preferían un estilo que iba del mussete (francés) al swing, entonces en el pico de su popularidad. Hasta el mismísimo George Shearing estuvo metido en esto.


Discover Gus Viseur!


Discover Tony Murena!




En Italia, el acordeón en el Jazz está históricamente confinado al trabajo de Gorki Kramer, un acordionista del swing. La modernización del instrumento fue lograda por June Garner y Alice Hall (Belga de naciniento) que fue considerada la primera acordionista “be-boy” y que llegó a tocar con Dizzi Gillespie y Charlie Parker y fue famosa por la gran energía puesta en sus improvisaciones.


Así llegamos al verdadero primer exponente del acordeón de nuestro tiempo: Art Van Damme, quien grabó más de 40 álbumes y todavía actúa en directo de vez en cuando. Tocó con músicos de gran estatura internacional como Archie Shepp, Kenny Clarke, Art Farmer y muchos más.


El acordionista franco italiano Richard Galliano es actualmente el primer exponente del genero en el mundo y su mérito principal consiste en la habilidad de hallar un balance entre tradición/innovación y la mezcla de diferentes géneros: desde el mussete al tango argentino (al que conoce muy bien habiendo estudiado con Astor Piazzola).


Mientras en Italia, la escena actual es dominada por Gianni Coscia (antiguo estudiante de Kramer), la considerable distancia que aún separa a los artistas tradicionales y avant garde, sugieren que las posibilidades del acordeón en el género estan por ser exploradas, según puede apreciarse en la música de Gil Golstein, a quien finalmente me condujo el hilo, muchos siglos después de los fenicios.

7 comentarios:

Troglo Jones dijo...

¿Qué tal, Armando? Qué buena documentación acordeonística, je, je. Siempre se ha dicho que el acordeón y el jazz no se llevan bien. Lo cierto es que algunas veces funciona, pero pocas. Creo que el que más se acercó, al menos de los que yo he oído, fue Gus Viseur.

Bueno, luego está Piazzola, aunque no sea acordeón estricto. Pero Piazzola es...otra cosa, inclasificable. Un genio absoluto.

Un abrazo.

Armando dijo...

Hola Troglo: Pues estaba falto de información sobre acordeones y acordeonistas en el Jazz y también estoy llegando a la conclusión de que son los segundos los que no se llevan bien con el Jazz y por eso terminan de multiinstrumentalistas o bien al lado (sidemen). Aunque es posible que las mujeres esten mejor dotadas para el efecto (acabo de descubrir a una japonesa que lo hace muy bien).

Saludos

Armando dijo...

Yoshiaki Sato se llama la dama del Japón y también está la británica Karen Street.

Esther dijo...

A mi el que más me suena de todos y que he podido ver en el festival de jazz de San Sebastián; y más tarde en Madrid, en Móstoles es a Richard Galliano.

Parece un instrumento difícil de manejar.

Un abrazo, Armando.

Armando dijo...

Hola Esther, si tienes fotos de Galliano sería bueno verlas en tu blog.

Un abrazo

Santiago dijo...

Hola Armando:
En noviembre pasado vi en el festival de jazz de Madrid un concierto del libanés Rabih Abou-Khalil y le acompañaba el acordeonista Luciano Biondini, que se marcó unos solos "imposibles" y dió mucha caña durante todo el concierto. Parece que los italianos son los que tienen más que decir con esto del acordeón. Fué un concierto absolutamente multiétnico; a mi esas cosas me gustan mucho
Un saludo.

Armando dijo...

Hola Santiago que bueno "verte" de nuevo. Pues se me escapo Biondini en la reseña, pero ahí estabas tu para seguirlo y atraparlo en Madrid. Debe haber estado muy bueno el concierto del "Fenicio" (Pon algo en el blog para escucharlo o voy a revisar si ya lo tienes) .

Un abrazo