martes, 27 de octubre de 2009
De versiones
Leyendo la última entrada del blog del amigo Felix (Jazz, ese ruido), sobre un concierto recordando a los “Beatles”, me vino a la mente el recurrente (y para algunos innecesario) debate sobre el tema “Jazz y pop”/ “Jazz o pop” y por extensión, suponiendo que no se asume esto último (purismo), el del gusto por las diferentes versiones.
Me gusta pensar que este interesante álbum con grabaciones que van de 1964 a 1996, publicado en 2004, fue hecho para demostrar, con una buena selección del cancionero de Lennon/McCarney, las superfluas y a veces exasperantes derivaciones de estas polémicas trazadoras de límites musicales que se olvidan de las bondades de una relación saludable entre ambas formas.
En la decisión de hacer el “cover” a canciones tan conocidas -dice la reseña del álbum- un artista tiene dos caminos posibles: recrear la pista sin retar al original o intentar completamente lo opuesto (lo cual, considero, no deja de ser también, un tanto radical).
En la primera categoría, caen las versiones de los artistas con agradables recreaciones pero que no agregan nada nuevo al original.
Y la segunda categoría, está representada por las pistas más fuertes del álbum (incluida una de McFerrin, injustamente referido como etcétera en la portada).
sábado, 24 de octubre de 2009
El Johnny
Esporádicas ráfagas (de viento) que ya anuncian por aquí el cambio de temporada y algunas hojas que caen, me hicieron recordar que me había olvidado del querido Johnny Hartman (1923), un tipo que sin llegar a ser el más distinguido cantante de Jazz del siglo pasado, ganó fama póstuma (1983) como el más afectuoso en el ámbito de las baladas. Y en esta madrugada templada, veo apenas, la luna que se esconde, y siento al Johnny (“el crooner negro”), reclamar a tiempo lento lo suyo, con su voz de barítono acompañada por una sutil y desconocida orquesta.
Johnny, francamente hablando, nunca estuvo como para llamarle “La Voz”, pero sí, algo que lo asemejara, cantando hermosas baladas desde el corazón.
Dio lo mejor en “John Coltrane & Johnny Hartman”, (“Impulse”, 1963) una hermosa colección de baladas.
También cantó acompañado del no tan distinguido pero excelente saxofonista Illinois Jacket.
El polifascético Sammy Davis Jr. lo presenta en su show para cantar una de sus baladas preferidas.
lunes, 12 de octubre de 2009
Sammy y el Conde
Este álbum (Verve, 1965) es uno de los mejor orientados al Jazz del popular “entertainer” Sammy Davis, Jr, acompañado por la orquesta de Count Basie con arreglos de Quincy Jones. Sammy en la mejor forma, muestra aquí sus dotes de “crooner” muchas veces escondidas bajo la faceta que lo hizo famoso, cantando relajantes canciones del repertorio Jazzístico.
El acompañamiento es excelente y más que hacerle sombra al cantante, eleva el asombroso efecto de su singular estilo vocal (a pesar de que la orquesta, en algunos momentos parece dejar a Sammy sin aliento).
Naturalmente, no todas son tiernas y lentas musitaciones vocales de Sam:
La última pista es particularmente interesante. Sammy requiere un poco de música para bailar ( “Buck dance”, también conocida como Buck and Wing) en honor a su padre y sobrino; luego el “tap” danza a su modo a través de Bill Basie, quien cierra diciendo "It can't get no better than that." , declaración que resume perfectamente este álbum.
viernes, 9 de octubre de 2009
El lado Jazz
Una nueva camada de “jazzmen” (llamémoles clase 1990) basados en Nueva York, que han estudiado con cariño la tradición del Jazz y aprendido muy bien sus lecciones, las usan ahora en su propia búsqueda contemporánea de significado.
Un buen ejemplo es este cuarteto lidereado por el ya conocido Sam Yahel (Hammond B3); Mike Moreno (guitarra); Ari Hoenig (batería) y Seamus Blake (saxo tenor); con su recreación posbop (Chesky, 2008) de la provocativa música rock “clásica” de “Pink Floyd” a partir de su original “The dark side of the moon”. Escuchando la magnifica interacción del grupo, puede uno sentir la fascinación que todavía ejerce.
lunes, 5 de octubre de 2009
Interpretando a Billie
Baker's Holiday (Verve, 1965) es un atractivo y vaporoso tributo a la legendaria Billie Holiday. Apoyado por una inteligemente arreglada sección de vientos, Chet Baker con el fliscorno y los ritmos de su cuarteto (Everett Barksdale, guitar; Richard Anthony Davis, bajo; Hank Jones, piano y Connie Kay, drums) pone un dinamico swing a las 10 pistas del álbum. Los arreglos de Jimmy Mundy le dan un sabor de banda de los años 1940 y Baker se siente confortable recreando la elegancia de una era ya ida. El tono opaco y meloso del instrumento acrecienta el ya conocido sentido melódico de Chet con la trompeta, particularmente conmovedor en "Don't Explain," una composición co escrita por la misma Billie, donde Baker, con profunda tristeza "canta" la melodía con el fliscorno, mientras un corno inglés le hace eco. Pero también Chet, efectivamente canta en 4 de los cortes y su estilo y voz aniñada y suave le sientan muy bien a las clásicas tonadas, asociadas con “Lady D”. Sin copiar a Holiday, Chet con su elusivo genio musical conjura su magia, con exquisitez.
sábado, 3 de octubre de 2009
Las confesiones de Carly
A principios de los 70’s emergió en la escena musical pop la cantautora Carly Simon (1945), chica de familia nuevayorkina de la clase económica de alto ingreso (su padre era cofundador de la famosa firma de publicidad y libros Simon & Schuster”), que ya tenía antecedentes en la música, desde 1964, cuando junto con su hermana Lucy formaron un dúo y más tarde escribieron la música para el show de Broadway “The Secret Garden”. Carly, como suele suceder en las familias acomodadas y tradicionales, salió muy contestaria, y así debuta iniciando el año 1971 con un álbum autotitulado que contenía su primer éxito "That's the Way I've Always Heard It Should Be," una canción antimatrimonio que provocó constantes desmayos y sonrisas cómplices a la señora y al señor Simon (respectivamente) , pero también alcanzó el “top ten” en las radios del país. Luego vendría el segundo, “Anticipation” (Noviembre 1971) que entró al “top 40” con la canción del mismo nombre y le significó a Carly el “Grammy Award for Best New Artist”.
Pero como ya pespuntaba con el jardín, lo de Carly, eran las confesiones. A finales de 1972, su álbum "No Secrets" gana el oro, igual que su canción "You're So Vain," que provocó especulaciones sobre su destinatario (se habló del famoso actor Warren Beaty y de la estrella del pop Mick Jaeger).
We tell each other everything
About the lovers in the past
And why they didn't last
We share a cast of characters from a to z
We know each others fantasies
And though we know each other better when we explore
Sometimes i wish
Often i wish
That i never knew some of those secrets of yours
Pero como ya pespuntaba con el jardín, lo de Carly, eran las confesiones. A finales de 1972, su álbum "No Secrets" gana el oro, igual que su canción "You're So Vain," que provocó especulaciones sobre su destinatario (se habló del famoso actor Warren Beaty y de la estrella del pop Mick Jaeger).
We tell each other everything
About the lovers in the past
And why they didn't last
We share a cast of characters from a to z
We know each others fantasies
And though we know each other better when we explore
Sometimes i wish
Often i wish
That i never knew some of those secrets of yours
You walked into the party
Like you were walking onto a yacht
Your hat strategically dipped below one eye
Your scarf it was Afric cut
You had one eye in the mirror
As you watched yourself go about
And all the girls dreamed that they'd be your partner
They'd be your partner and
You're so vain
You probably think this song is about you
You're so vain
I bet you think this song is about you
Don't you, don't you
Simon casó con el cantautor James Taylor luego de finalizado el álbum (Se divorciaron en 1983) y su cuarto LP (“Top Ten” ) “Hotcakes” (enero, 1974), contiene otro oro, el éxito “"Mockingbird" cantada a dueto. Luego, James, cariñosamente (faltaba más) le dedica el álbum "Devoted to you"
Después de 3 relativos fracasos comerciales, en 1977 cantó "Nobody Does It Better," la canción tema de la película de James Bond “The Spy Who Loved Me", resultó un éxito (por eso de las confesiones, se habló de Roger Moore como posible destinatario).
Nobody does it better
Makes me feel sad for the rest.
Nobody does it
half as good as you.
Baby, you're the best.
Como tenía que ser con ese ritmo de trabajo, un octubre de 1980 la pobre Carly colapsó sobre el escenario de uno de sus multiples conciertos. Sus presentaciones se volvieron esporádicas y sus fans (¡ah injusticia¡) nos fuimos olvidando de ella. Una plática sobre el tema con un amigo (también confeso merecedor de muchas canciones de Carly), reactivó mis recuerdos al escuchar el álbum “Into the White” (que me prestó), que nuestra heroína para celebrar sus 61 floridas primaveras, grabó en 2005. Un disco que presenta principalmente versiones de estándares, producido por ella, a modo de micro empresa familiar (soportado en estudio por una banda de amigos, sus hijos Ben y Sally que cantan con James, gloriosamente su "You can close your eyes"). Carly cierra así su círculo, con este regalo para sus seguidores, que no se sabe donde empieza ni donde termina, pero que tiene una textura diferente.
jueves, 1 de octubre de 2009
Ella (también) tenía swing
En su tiempo (1956), pudo parecer una sorpresa ver a la vocalista Rosemary Clooney (1928-2002 ), en un álbum presentado por “Duke Ellington & His Orchestra”, pero esta colaboración resultó un éxito de Columbia Records, a pesar de que Clooney no pudo unirse a la banda en el estudio, debido a una preñez complicada.
Después de varios viajes de Billy Strayhorn a Los Angeles para obtener su consentimiento, la solución la dió una estelar (para la época) ingeniería de sonido, grabando las pistas separadas, cuyos resultados fueron impresionantes, debido también al profesionalismo de ambas partes.
Rosemary, cautivadora, con un swing sin excesos. Un disco que registra la única colaboración entre el Duke y Rosemary, quién se ubica con facilidad entre las mejores vocalistas incluídas en grabaciones del maestro.
Parafraseando al Duke: “She’s got that swing”.
Después de varios viajes de Billy Strayhorn a Los Angeles para obtener su consentimiento, la solución la dió una estelar (para la época) ingeniería de sonido, grabando las pistas separadas, cuyos resultados fueron impresionantes, debido también al profesionalismo de ambas partes.
Rosemary, cautivadora, con un swing sin excesos. Un disco que registra la única colaboración entre el Duke y Rosemary, quién se ubica con facilidad entre las mejores vocalistas incluídas en grabaciones del maestro.
Parafraseando al Duke: “She’s got that swing”.
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