miércoles, 30 de septiembre de 2009

Dúo Acústico

Moonlight Serenade es uno de los títulos más socorridos en los álbumes de Jazz, pero para los que gustan disfrutar con frecuencia la intimidad, la suerte de intimidad en el Jazz que el bajista Ray Brown (1926-2002) y el guitarrista brasileño Laurindo Almeida (1917-1995) deliciosamente brindan en esta versión, pues ni pensar dos veces en conseguir este hermoso cajón de sastre.

Grabada en Alemania (1981) por el sello “Jeton”, esta sesión encuentra a Brown y Almeida formando un dúo acústico, donde ambos disfrutan una fuerte y consistente relación en sus performances líricas e introspectivas de un material que oscila entre estándares del “Pin Pan Alley” y canciones brasileñas, pasando por la música clásica.

Una de las pistas más ambiciosas del disco es el popurrí que combina ese casi himno del Jazz, la célebre melodía de Thelonious Monk, con la no menos célebre de Ludwig van Beethoven - que, como en oposición a "Moonlight Serenade", la gema que se convirtió en el tema clásico de Glenn Miller, no es parte del programa-.

En fin, lujo que se pudo dar esta pareja que se conocía muy bien, desde los 70’s.

martes, 29 de septiembre de 2009

Sarah y Clifford


Esta grabación de estudio (1954), originalmente un álbum autotitulado y grabado por el sello “Emarcy”, fue luego reeditado como “Sarah Vaughan with Clifford Brown” para resaltar la participación de una de las mejoer trompetas del día (y de siempre). Vaughan canta nueve íntimas estándares con una banda que incluye además de Clifford a Herbie Mann, flauta y Paul Quinichette, saxo tenor; cada uno con suficientes espacios para sus solos. Sarah indiscutiblemente en óptima forma, pausando o prolongando las notas.

No obstante lo conmovedora que es Vaughans, Brown casi la iguala con sus solos en "Lullaby of Birdland," "Jim," y "September Song," desplegando su increíble virtuosidad “bop” en este escenario restringido, sin sacrificar su principal don: el sentimiento simple de sus notas.

Los solos de Quinichette y Mann son también magníficos, en perfecta sintonía con la voz de Sarah. Ironicamente ninguno de los citados aparece en los encabezados del álbum. Además sobresale el cercano acompañamiento de la sección de ritmos : Jimmy Jones al piano, Joe Benjamin al bajo y Roy Haynes a la batería.

Cualquiera sea su "reencarnación", “Sarah Vaughan With Clifford Brown” es uno de las más importantes reuniones de vocalización alguna vez grabada.

1 Lullaby of Birdland Shearing, Weiss
2 April in Paris Duke, Harburg
3 He's My Guy DePaul, Raye
4 Jim Petrillo, Ross, Shawn
5 You're Not the Kind Hudson, Mills
6 Embraceable You Gershwin, Gershwin
7 I'm Glad There Is You Dorsey, Mertz
8 September Song Anderson, Weill
9 It's Crazy Fields, Rodgers


domingo, 27 de septiembre de 2009

Deborah y Joe


La vocalista de Jazz Deborah Brown se convirtió en cantante profesional a los 20 años pero encontró la fama y el reconocimien en el extranjero, mas que en EE.UU, viviendo 10 años en Europa (1985-1995) y actuando en festivales y clubes de unos 50 países. Ha sido acompañada por los pianistas Roger Kellaway (incluyendo 10 conciertos a dueto) ), Cedar Walton, y Dorothy Donegan; y cantado con notables como el tenor saxo Johnny Griffin, el grande de la armónica Toots Thielemans, y el trompetista Harry "Sweets" Edison. Fue lider del cuarteto "Jazz 4 Jazz" que incluía al pianista Horace Parlan, con el que debutó en 1988 con el álbum que lleva su nombre, del sello “Timeless”. En 2005 grabó el penúltimo de sus 11 discos, “I found My Thrill” (en la portada) a dueto con el guitarrista Joe Beck (1945-2005) para el sello Jazz Voix, en el que continúa deleitando con su especialidad, las estándares.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Viernes azul


El álbum “Quiet Kenny” (New Jazz, 1959) es otro motivo para recordarnos porqué McKinley Howard Dorham (1924-1972) fue un gigante de la trompeta, pese a ser opacado por portentos como Fats Navarro, Clifford Brown y Miles Davis.

Ya sea delineando baladas o investigando la eternidad y complejidades del blues, el antiguo miembro del grupo de Charlie Parker y ex Jazz Messenger, exhibe su delicado swing, sonido personal y fino sentido armónico.

Grabado en el estudio de Rudy Van Gelder, Kenny es acompañado po Tommy Flanagan (piano); Paul Chambers (bass) y Arthur Taylor (batería).


jueves, 24 de septiembre de 2009

Autum nocturne


Esta es la indisputada obra maestra de Lou Donaldson (Blue Note, 1958) que marca el punto donde el alto saxo empieza decisivamente a desprenderse de la gran influencia de Charlie Parker, agregando un sabor humeante y tristón (bluesy) de su propio peculio. Un sonido vital y distintivo. Calidez invitadora y romántica en Autum nocturne. Simplemente adorable.

Acompañan: David Bailey, batería; Ray Barreto, percusión y conga; Herman Foster, piano y Peck Morrison, bajo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Matraca


Hoy por la mañana, platicando con un amigo –entre otras cosas- de películas vaqueras clásicas, me juraba el susodicho, que en el famoso duelo al final de “Veracruz”, no salió un solo disparo, ni del winchester de Gary ni de la colt de Burt y sin embargo, este último murió. ¿Y entonces?. Pues mírala y desengáñate que la bala provino de una ventana.

Y bueno, pues a verla de nuevo. Pero como además de aficionado a este género cinematográfico (o por eso), hubo un tiempo en que me aficioné a la música country, decidí de paso, indagar por donde andan los tiros con esa música.

Así, leo que Matraca Berg (1964), compositora y cantante estrella de Nashville (como no), muy criticada por el eclectisismo musical y tradicionalismo de sus propias composiciones - que ya en lo tiempos en que la escuchaba, hace unos 20 años la tenían en un lío con su disquera (RCA) por no querer adaptarse al country urbano y eléctrico que demandaba el mercado -, logró ¡por fin¡ después de tantos años, desligarse de los que trataban de restringirla e inició una nueva etapa en su carrera con el sello indie “Rising Tide”, grabando en 2007 “Sunday Morning to Saturday Night”.


martes, 22 de septiembre de 2009

In Memoriam


Un 25 de noviembre de 1974, tras las bambalinas del Avery Fischer Hall (parte del New York Lincoln Center), un miembro de la administración del Hall, señalando su reloj se acercó al presentador del último concierto del Modern Jazz Quartet y le dijo: “Ellos estan por irse al tiempo extra (esperando que le diera a John Lewis la señal de finalización) y eso lo sumaríamos a la factura”. Tranquilo, el presentador le respondío “No te preocupes, ellos van a tocar hasta cuando quieran. No se puede detener la historia”.

Era el final de 22 años de crecimiento colectivo del MJQ y 19 con esta particular alineación. Ningun grupo pequeño en la historia del Jazz , había permanecido, ni cercanamente, tanto tiempo junto. Ni explorado sutil y completamente el potencial de desarrollo mutuo de sus respectivas habilidades, mientras creaban y recreaban un repertorio distintivo y se mantenían probando la naturaleza misma del arte del Jazz.

Es inevitable suspirar al escuchar esta gema (doble CD de Atlantic Records)) que documenta el triste acontecimiento, ver la portada e imaginar a John Lewis al piano; Milt Jackson al vibráfono; Percy Heath al bajo y Connie Ray a la batería, todos elegantes en Tuxedo y en su mejor forma.


lunes, 21 de septiembre de 2009

La inolvidable Peggy


En 1960, más de una década después de su masivo éxito “Mañana”, Peggy Lee (Norma Deloris Egstrom, 1920-2002 ) grabó un álbum completo con los conocidos en el mercado disquero de entonces como temas latinos: “Latin ala Lee”, producido por el sello “Capitol” con el subtítulo “Broadway hits styled with an Afro-Cuban beat”.

Los músicos no son acreditados en el álbum y solamente aparece una nota en la contraportada “Acompañada por autenticos ritmos afrocubanos” . Peggy con su experiencia , calidad interpretativa y embrujo –aunque no con la fuerza que su voz tuvo en los 50’s- se acopla estilísticamente a los arreglos de Jack Marshall.

Fuera del mercado por muchos años, EMI-Capitol trajo el álbum de regreso en el 2000, con un compacto de sonido notablemente mejorado.


viernes, 18 de septiembre de 2009

Easy Listening


El compositor, pianista y arreglista mexicano Juan Garcia Esquivel (1918-2002), en los años 1950’s y el primer lustro de los 60’s faldeó las líneas entre la música lounch, el experimentalismo excéntrico y los inicios del sonido estereo en una serie de álbumes de RCA dirigidos al mercado conocido como “easy listening”. Estas grabaciones fueron olvidadas por las audiencias -que no fueran asiduos de tiendas especializadas- durante años. A mediados de los 90’s se dio el resurgimiento de esta música y Esquivel no sólo fue redescubierto, sino campeonizado como un innovador parte olas, por ciertos segmentos de la música alternativa “hip”. Las razones de su espectacular e inesperada resurgencia, no son –ironicamente- de tan fácil entendimiento.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Parece que fue ayer


Mary Travers, vocalista del trío folk “Peter, Paul and Mary” - que hiciera de canciones como “Blowin’ in the Wind,” y “Where Have All the Flowers Gone?”, perdurables himnos de los movimientos de protesta de los años 60’s - murió este miercoles en el hospital Danbury en Connecticut. Tenía 72 años. Sufría de leucemia.

Descanse en paz.

Los recuerdos de Horace (Fin)


Hubo un número de prominentes violinistas del Jazz durante los años 1930’s y 40’s, pero Eddie South, (1904-1962) fue opacado por nombres como: Stephane Grappelli, Joe Vennuti y Stuff Smith.

Esto debido a que sus grabaciones fueron muy pocas; entre ellas el desconocido LP “The distinguished violin of Eddie South” del sello “Mercury” (1958) donde lo acompaña al piano el recién fallecido Eddie Higgins (1932-2009. RIP), que fue el último que grabó.


Horace Silver, lo recuerda así en su biografía:

"Una de las primeras presentaciones en las que trabajé con Stan Getz,fue en el club "Blue Note" del centro de Chicago, en una sección que llamaban "The loop". Trabajamos allí dos semanas (lunes y martes libres). Eddie South a quien llamaban "El Angel Negro del violín", tocaba al otro lado de la calle. Era un gran violinista, un gran técnico con entrenamiento clásico. Me gustó, pero fue el violín de Stuff el que me golpeó más. Era más "nitty gritty", más cerca de la tierra".





lunes, 14 de septiembre de 2009

Los recuerdos de Horace


Dada la condición multiracial, pluricultural y polirítmica de Horace Silver, no es extraño encontrar en su autobiográfico libro “Let’s get to the nitty gritty”, consideraciones singulares con respecto al siempre presente tema del racismo en el Jazz.

Así, refiriendose a un incidente que sucedió en el club “Birland”, cuando Charles Mingus (1922-1979) era el bajista del grupo del saxofonista Stan Getz (1927-1991), cuenta:

“Estaba Stan tocando un solo, cuando de improviso le inyectó una cita del verso de “Ol’ man river” que dice así”:

“Todos los morenos en el Mississippi/ morenos todos trabajan, mientras los paisanos blancos juegan”




Aclara Horace, que Stan hizo la cita sin pensar en el asunto racial, pero que Mingus –supersensitivo en cuanto al tema- lo tomó como ofensa.




Y, “mientras actuaba la otra banda, se fue a “Colony Records” que estaba al otro lado de la calle y le pidió al hombre detrás del mostrador que reprodujera una grabación de “Eli, Eli”, una canción folklórica judia. El tipo la puso y Charles la memorizó y regresó al club. En la siguiente presentación (set) la citó en su solo. No sé si se lo comentó a Stan, pero creo que Stan ni siquiera se dio por enterado”.

Unas cinco páginas adelante, Horace vuelve al tema, contando que en sus habituales caminatas por Broadway, entre presentaciones, para aflojar las piernas y respirar aire fresco: “corrí hacia Mingus que tenía una confrontación con dos policías blancos. Charles había sido parado, no por haber infringido alguna ley de transito, sino porque él y varios de sus amigos estaban en su carro con una mujer blanca, que sucede era su mujer”.

Mingus lo vió y gritó: “Horace Silver, quiero que testifíques que estos hombres no son americanos. Me quieren arrestar porque mi esposa es blanca .Yo sabía que si me involucraba en la situación, probablemente sería aventado al precinto más cercano junto con ellos y perdería mi próxima presentación en el Birdland, así que lo ignoré y seguí mi caminando”.

Se entiende la actitud de Horace, ya que cada set era pagado por el cliente y pagado al músico, individualmente. Mingus no lo entendió así, y por un buen tiempo le habló a Silver, sólo para recordarle el hecho. “Al final me perdonó”, concluye Horace.





viernes, 11 de septiembre de 2009

Los recuerdos de Horace


No sé como se ha venido comportando el Jazz ofrecido por los clubes de Nueva York durante la primera década de este siglo. La última información que tuve data de 1996. A la sazón, el artículo “ Does anybody go to clubs anymore”, publicado por la revista “Jazziz" con una buena fotografía de la cantante D.D. Bridgewater en el Shelli’s Manne-Hold (1974). Parece concluir con que las cosas ya estaban cambiando. Y probablemente debe ser así, sobre todo si se toman en cuenta las sabrosas anécdotas del pianista y compositor Horace Silver (1928) en su reciente biografía “Let's get to the nitty gritty".

Y es que, gran parte de la vida de Horace discurre en clubes de Nueva York, ciudad a la que llegó cuando tenía 25 años y fue bien acogido por Oscar Goldstein gerente del estelar club “Birland” localizado en la calle 52 y Broadway.

Cuenta Horace, que por esos días "A menudo trabajaba en el Birdland los lunes por la noche (libre). Su show regular iba de martes a sábado y el lunes por la noche se juntaban diferentes músicos para el "jammin' ". Toqué en muchas de estas sesiones" . A Oscar, también administrador de Bud Powell, le gusté por ser su discípulo, porque tocaba bien y porque se fascinó de descubrir que yo era un jovencito de cabello bien recortado, limpio, que no bebía ni fumaba ni me drogaba, algo inusual para un músico de Jazz en aquellos días (mi único vicio eran las damas y tuve muchas). Como no había piano en el departamento del Bronx (de la hermana de un amigo) donde vivía, le pregunté a Oscar y a su esposa si podía pasar a practicar durante el día y me respondió que sí, pero que llamara antes al muchacho de la limpieza para ver si no había alguna banda ensayando. Practicaba entre el clamor del muchacho aspirando y lanzando recipientes vacíos de cerveza y whisky. Años más tarde leí en una revista un artículo de Chic Corea donde contaba que una tarde caminando por Broadway, pasó enfrente del club y escuchó a alguién tocando el piano. Entró y se sentó atrás. No me dí cuenta.”

Y continúa recordando: “Los lunes por la noche era día de pago en el Birdland y todos los músicos "junkies" lo sabían, así que después de las 4 a.m los tenías encima pidiendo 5 o 10 dólares para aliviarse mientras salía su cheque. Era patético y sentía pena por ellos. Además de eso tenías a Pee Wee Marquette, el maestro de ceremonias y portero, pidiéndote propina por anunciar tu nombre las noches regulares en que actuabas o grababas".

Recuerda Horace que un gran trompetista con quien tuvo el privilegio de trabajar fue Clifford Brown (1930-1956). "Era de Wilmington, Delaware. Muchos de los músicos de Nueva York habían oído acerca de él. El nunca había estado en la ciudad. El propietario de Blue Note Records, Alfred Lion,con Art Blakey se fueron a Wilmington a buscarlo e involucrarlo en una sesión de grabación. Decidieron que fuera una sesión en directo. Involucraron también a Lou Donalson (alto sax), a Curley Russell (bajo) y a mi, para redondear el grupo. Salvo por Clifford, había trabajado antes con todos estos muchachos, así que me sentí cómodo”.

Y Sigue recordando cómo, al escuchar tocar a Clifford fueron literalmente sacudidos por sus soplidos, y que Miles Davis llegó a escuchar uno de los ensayos diciendo en broma antes de irse "Clifford, I hope you bust your chops". (según Curley, Miles hablaba en serio).

“Clifford no era sólo un gran trompetista, era una persona maravillosa. Para alguien con un toque así de maravilloso, era muy humilde, una persona adorable”
Al final, aquel grupo solamente duró tres semanas ya que en febrero de 1954, tocaron dos semanas en el Birland e hicieron dos grabaciones llamadas “A night at Birdland”. Luego tocaron una semana en Filadelfia.

Y concluye Horace:

“No pudimos obtener ningún trabajo después de eso. Se apareció Max Roach y sonsacó a Clifford, llevándoselo a California con su grupo”. Hicieron un montón de grabaciones, en los dos años más que vivió, pero aquellas noches en el Birdland, permanecerán siempre clásicas. Suenan tan bien ahora, como sonaban años antes, cuando las grabamos. Estoy orgulloso de haber sido parte de todo eso”.

martes, 8 de septiembre de 2009

Legendario


Esta es en esencia, la misma versión del álbum que produjo originalmente el sello “Norgranz” en 1954, y “Verve” en 2003, ambos con el título "Lester Young with the Oscar Peterson Trio". El “trío” fue en realidad un cuarteto con Barney Kessel, guitarra, Ray Brown, bajo y J.C. Heard, batería. De tal manera, que están por escuchar (y bailar si gustan) algo de un soberbio quinteto de Jazz, y uno los discos más ricos en melodías del “mainstream” en su momento. Lester haciendo milagros con su saxo tenor, coronando con una surrealista e irreverente rendición de "It Takes Two to Tango," ,última pista en esta tercera y misteriosa versión del álbum, donde como en los dos anteriores, canta por primera y única vez.

sábado, 5 de septiembre de 2009

La vena latina de Fischer


Como aficionado al Jazz uno a veces se entusiasma mucho. Ya me pasó con el trompetista Jerry González, a quien me fumé, acompañándolo en su viaje “fusionario” en busca de la raíz original, "ensalzado" con apaches, caribeños, flamencos y vaya uno a saber que más que no se sabe (yo al menos). Una punta de la larga y tortuosa raíz, terminó emergiendo de regreso en la península ibérica, donde parece que el gran Jerry se quedó fusionando con grandes del flamenco. Ahora me entero por el blog de una amiga que vive en Madrid, que al colorido Jerry, se le puede ver -pero no a los ojos- con frecuencia y físicamente algo deteriorado (quién no, con ese ritmo que agota hasta a los que lo acompañamos de lejos) dando conciertos sin perder su encanto. ¡Cómo me gustaría escucharlo¡. Recordándo estas cosas y reescuchándolo, tranquilo -"after the storm"- pienso que valen la pena las "entusiasmadas".

En cambio a Clare Fischer (Durand, MI. 1928), quien ha tenido una variada carrera como pianista, tecladista eléctrico, compositor, arreglista y líder de banda, lo vengo oyendo desde años antes (que a Jerry), sabiendo que ha estado siempre interesado por los ritmos latinos, alternándolos con el “bop”. Con naturalidad pero sin ese entusiasmo. Me pone pensativo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

CHRIS


De todas las grandes vocalistas del Jazz de los 50’s y 60’s, Chris Connor es quizás hoy dia la menos “bien” conocida. A pesar de sus considerables grabaciones - sobre todo las ya “clásicas” para “Atlantic” – siempre parece ser mencionada (si se hace) después de: June Christy, Carmen McRae, Anita O’Day o Julie London, cuando se hacen las compilaciones de dicho período. A pesar también, de que fue muy popular, lo cual se explica al escucharla. Como se dice, ella podía “swingear” con quien fuera.



Pero su grandeza vino de las canciones suaves, las que ardían en los corazones rotos y se enredaban con la propia vida, y sonaban mejor filtradas a través de la bruma azul del humo del tabaco y las luces tenues. Connor podía emularlas tan pronto como se convertían en “hits” con otras voces, pero con la suya, propia y poderosa.



En todo caso, todos estos detalles no parecían procuparle mucho en el ocaso de su vida.



Y ahora menos, pero te permite soñar que sólo canta para ti.



Descanse en Paz.