(Foto de William Claxton)
Sin ser muy conocido, el extravagantemente dotado compositor, arreglista y pianista- algunos lo consideran un genio- Billy Strayhorn, nace en Dayton, Ohio. un noviembre de 1915 y muere (no se como) entre las flores (le gustaban tanto), que lucían en el cabello trenzado de las cabezas de la juventud temprana de la época que reclamaba el fin de una guerra , un mayo de 1967 en la ciudad de Nueva York.
(x=Flower is a love song thing)
Vivió la mayor parte de su madurez a la sombra de su empleador, colaborador y amigo, Duke Ellington. Fue apenas en la última década del siglo XX que el perfil de Billy fue levantado a un nivel cercano al de Duke, donde una diligente búsqueda de sus archivos (principalmente por David Hadju, autor de la excelente biografía de Strayhorn “Lush Life”) reveló que su contribución al legado de Ellington era más extenso y complejo de lo que se pensaba. Hay varias instancias donde las composiciones de Billy fueron registradas como piezas Ellington/Strayhorn (Day dream y Something to live for).
Y otras donde las colaboraciones mutuas fueron unicamente listadas y registradas bajo el nombre del Duke entre ellas la famosa “Satin Doll” o absolutamente sin nombre (muy raro que no se lo busquen y apropien). Incluso tonadas como “Take the “A” Train” que fue registrada a su solo nombre, ha sufrido y es probable que el proverbial hombre de la calle le diga que “es una canción de Ellington”.
No obstante que no se publicó la grabación inicial (Red Baron, 1965), en 1992 el sello Vintage publica lo que puede ser considerado como su compacto definitivo. Puede escucharse a Billy cantando “Lush Life” mientras lo acompaña la orquesta del Duke en 1964. Su voz no es fuerte pero sí sincera, y en otras melodías coqueteando al piano con la trompeta de Clark Terry y el clarinete y el saxo soprano de Bob Wilbur.
2 comentarios:
Casualidad, Armando, hoy he estado escuchando de nuevo el concierto en Newport del 56, cosa mítica. ¿Hubiera sido lo mismo Duke sin Billy? ¿O sería como Tom sin Jerry? Bueno, nunca lo sabremos, y está bien como está.
Abrazos.
Se dice también de Riddle & Frank y otros, Troglo. Al final, creo que hubo un reclamo y un juicio conforme a derecho por la autoría, que no sé en que terminó.
Un abrazo.
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