jueves, 2 de mayo de 2013

Uno de aquellos conciertos.


La librería del Congreso guarda la mayor colección pública de grabaciones de sonido y transmisiones de radio de los EE.UU, con unas 2.5 millones de ellas, representando casi todos los formatos. Una donación de la corporación Carnegie en 1940, ayudó a crear el laboratorio de grabación que ahora trabaja para preservar y proveer acceso a colecciones de audio significativas y en riesgo. En 1963, la librería adquirió la colección de la Voz de América que incluía más de 50,000 cintas y discos de eventos culturales (musicales y otros). Relacionado con el jazz, la adquisición incluía entre otras, las colecciones de Ella Fitzgerald, Charles Mingus, Milt Hinton, Gerry Mulligan, Carmen McRae, Bill Taylor, Charlie Barnett y las famosas historias orales de Jelly Roll Morton que datan de 1936.
 
En sus tareas cotidianas de procesamiento sistemático, catalogación y preservación del material de la VOA, una fría mañana de febrero del 2005, mientras practicaba para entrar en calor, unos pasos de swing entre un montón de cintas de acetato esperando digitalización, Larry Appelbaun (supervisor de sonido del laboratorio) pateó una caja de carretes rotulados a mano como “Carnegie Hall Jazz 1957” y llamó su atención uno que se salió del paquete y tenía la nota T. Monk y la lista de melodías en la parte de atrás. Al escucharla, Larry reconoció a Monk y a Coltrane y su corazón se aceleró. Acto seguido, llamó al profesor de jazz Lewis Porter, autor del libro “John Coltrane: his life and music” quien por esos días trabajaba en la revisión del “Coltrane reference book”, para contarle de su hallazgo. El profesor, luego de consultar con Amiri Baraka, escritor de jazz y autor del libro “Later Trane” y con Ashley Kahn autor del libro “Kind of blue: the making of Miles Davis masterpiece”, le confirmó que las grabaciones correspondían a un concierto en el Carnegie Hall con motivo del día de acción de gracias el 29 de noviembre de 1957 y a beneficio del “ Morningside Community Center en Harlem - al cual ambos consultados habían asistido- , y que nunca habían sido publicadas.



 
La cinta fue inmediatamente restaurada por Michael Cuscuna y T. Monk Jr., y publicada en un compacto de 51 minutos con mucho éxito. Una revista de gran circulación semanal llegó a titular el encabezado principal como “ El equivalente musical del descubrimiento de un nuevo Monte Everest”. Y otro: “La última definición de un clásico”.







 Pero más importante es escuchar a un John Coltrane seguro y en su mejor forma después de haber pasado 4 meses con Monk, absorbiendo por completo sus complejidades y sistema musical multivalente. Queda claro desde la pista inicial “Monk’s mood”, donde la pareja toca en dueto, que Trane está moviéndose en lo suyo y que  Monk está sintiendo esa seguridad  en su entrada casi barroca a la tonada. En general un grupo con swing duro, que también incluye al baterista Shadow Wilson y al contrabajista Ahmed abdul Malik, quienes saben cómo obtener lo mejor unos de otros.


 

8 comentarios:

U-topia dijo...

Esas sorpresas cuando encuentras algo de gran valor en un archivo, lo conozco (no con la música).

Maravilla!! Admiro mucho tanto a Monk como, especialmente, a Coltrane.

Doctor Krapp dijo...

Lo has expuesto de maravilla, Armando. Quizás un hallazgo trascendente ya que se creía que apenas había grabaciones de aquella etapa en que un disgustado Coltrane decidió dejar a Miles e irse con Monk aunque tengo la impresión de que era una especie de desafío hacia el trompetista ya que a la primera oportunidad dejó al Monje y volvió con su antiguo jefe.

Armando dijo...

Cierto Laura, es una sensación muy especial. Es tal, que en este caso, al descubrir el compacto puedo decir que casi compartí de rebote la sorpresa de Larry.

Saludos y gracias por tu visita.

Armando dijo...

Gracias Doc. Leí algo sobre lo de Miles y Coltrane, sus memorables actuaciones en el Bohemia y su ruptura temporal, y tengo la misma impresión tuya, aquello fue un desafío, nada facil por cierto, mira que meterse en esa catedral que era ya la cabeza de Monk, con una acústica que ya sólo escuchaba él mismo; y esto, desde que el monge despertaba e iba directamente al piano, durante cuatro largos meses.

Creo que también quedaron unas grabaciones de estudio en "Riverside" de este grupo.

Hector Aguilera dijo...

Que buen post estimado Armando, como señala Dr.Krapp, has narrado esta parte desconocida de la historia del jazz de forma inmejorable. Me ha provocado un deseo enorme de escuchar a esos dos geniales musicos en esa grabación que has reportado.
Un cordial saludo

Armando dijo...

Gracias Héctor. Se puede escuchar el disco completo en
http://youtu.be/ce5COSP4MRw

Saludos

Nicolás Peña dijo...

Gran entrada Armando. Esos "discos imposibles" son los que hacen que la vida sea maravillosa.

Armando dijo...

Gracias Nicolás. Que nunca dejen de aparecer estos imposibles.