viernes, 18 de abril de 2008

Novedades en el Jazz. Oscar, André y Jaco


A sus 78 años, Previn, después de una década nos brinda su último álbum: Alone: Ballads for Solo Piano, en el cual refleja su deuda con maestros del piano como Art Tatum, Erroll Garner y Oscar Peterson, en formas que su trabajo con tríos y combos no le permitían. Su técnica, impecable como siempre, mostrando ese toque lírico super refinado y un sofisticado sentido del color. El álbum contiene

1 Angel Eyes
2 Second Time Around
3 André's Blues
4 Darkest Before the Dawn
5 What Is This Thing Called Love
6 Night and Day
7 Bewitched, Bothered and Bewildered
8 I Can't Get Started
9 My Ship
10 Skylark
11 I Didn't Know What Time It Was/Ship Without a Sail
12 It Might as Well Be Spring
13 You're Gonna Hear from Me

Que se sepa, a ninguno de los pianistas aquí mencionados, les robaron el instrumento con el cual hasta la fecha nos deleitan sus grabaciones (talvez por el volumen, o porque no acostumbraban dejarlo recomendado, aunque se ha sabido de grupos a los que les han robado todo el equipo) . Viene esto al caso, porque otra novedad en la música, es esa expansiva moda de nuevos instrumentos musicales fabricados en serie que, tal como los “jeans” rotos y descoloridos, llegan a las manos de adolescentes con golpes, con raspones, con ralladuras y pátina, mera apariencia de una larga vida en los escenarios. Incluso hay modelos que imitan a la perfección el dañado cuerpo de guitarras o bajos legendarios, armas sentimentales que en manos de estos titanes pasaron mil y una aventuras para lograr su estado bellamente envejecido. Valga un ejemplo.

A principio de los años ochenta, Jaco Pastorius, según muchos, el más grande bajista de todos los tiempos, solía tocar en el parque Battery de Nueva York, a la orilla sur de Manhatan. Para ese entonces su bipolaridad había alcanzado grados tristemente disfuncionales y sus amigos le daban la vuelta para no pasar malas experiencias a su lado. De ser uno de los músicos más respetados alrededor del mundo, pasó a convertirse casi en un pordiosero, que entre delirio y delirio tocaba por limosnas.

Pues bien, cuenta la leyenda que un día, estando en tal parque, llamó a su colega y posterior biógrafo, el periodista Bill Milkowski, para pedirle un favor. Cuando éste llegó, a regañadientes, Jaco arrastraba su bajo en pésimas condiciones, en un estado febril que minutos más tarde lo llevaría a nadar hasta la Estatua de la Libertad, de ida y vuelta, frente a los ojos atónitos de su amigo, a quien fue encargado el instrumento momentáneamente. Esta y otras anécdotas cuentan la cantidad de veces que Pastorius depositaba su instrumento en la confianza ajena, hasta que un día, finalmente, desapareció para nunca volver a sus dedos.

La tristeza del bajista fue mucha. Puso letreros anunciando su pérdida y ofreciendo recompensas, como lo haría el dueño de una mascota amada, pero nadie respondió. Claro, se trataba del instrumento de un hombre histórico. Y así duró, más allá de la muerte del bajista, perdido durante décadas, hasta que hace muy poco alguien lo recuperó de quién sabe dónde y presumió en internet. Los estudios dicen que es el verdadero. Pieza venerada, se trata de un bajo golpeado por los años a manos de un ser genial que incubó ángeles por la presión de sus demonios.

Y la historia no para ahí. Basta ingresar a sitios como Youtube.com para ver lo que dueños y dependientes de tiendas alrededor del mundo hacen para engañar (¿satisfacer?) a su clientela. Ahí se atestigua el arte del envejecimiento inmediato vía limas, lijas, martillos, desarmadores y líquidos corrosivos, sumergiendo en la confusión el verdadero y preciado mercado de los instrumentos antiguos también conocidos como vintage.

Lo bueno es que, detrás de la fachada y sobre el escenario, hay que seguir probando con gracia lo que vive en las moradas del alma. Ahí no hay herida (aunque a André no se le nota mucho) que pueda fabricarse sin sustancia, ni engaño que dure doce compases de un blues.




There will never be another you


2 comentarios:

Troglo Jones dijo...

Hola, amigo. Tú entrada me inspira para recordar a esa alma torturada que fue Jaco Pastorius. El libro de Milkovski está publicado en español, "Jaco Pastorius, la extraordinaria y trágica vida del mejor bajista del mundo". No lo he leído, pero creo que se ceba mucho en esos aspectos oscuros. En fin.

André Previn es otra cosa, un bon vivant. Oye, tiene fama de ser un ligón terrorífico.

Abrazos.

Armando dijo...

Hola Troglo. Me alegro haber, de alguna manera, inspirado un magnifico recordatorio sobre Jaco, (leí tu post, pero no hice comentario, porque a ese loro tuyo es mejor tenerlo de amigo). Seguro que ahora se encuentra más allá del buen y el mal jazz.

Lo de Previn, pues me prestaron el Album y me gustó la selección y ejecución de la mayoría de temas. Digamos que eso de de andar ligando también deja sus heridas.

Abrazos.