lunes, 30 de agosto de 2010

Música Mandé


Entre las ventajas de mantener un blog sobre el tema que apasiona, está que a raíz de las relaciones, explícitas o no, que se entablan, despierta de repente en uno el investigador que lleva dentro. Hace unos días, me encontraba sumido en una especie de saturación musical de la que creí no salir jamás. Llegué al extremo de desconectar el timbre, el teléfono y prácticamente todo artefacto que reproduce música, con excepción, claro, del CP porque no estoy en condiciones de sustituirlo por un Mac. La situación llegó al extremo, cuando descompuesto salí a reclamarle al heladero que pasa a diario tirando de su carretilla, que dejara de sonar la campanita. El hombre, naturalmente, reaccionó ante el energúmeno en que me había convertido y me incrustó una cornucopia de veteado napolitano entre ceja y ceja. Si no interviene la familia no se que habría pasado. Y bueno, se lo comenté o ya se había enterado, no sé, a una psicóloga que sale a caminar por las mañanas, también aficionada a la música y me recomendó seguir navegando como si nada hubiera pasado. A regañadientes, así lo hice y, de repente me encuentro con una entrada sobre la Kora, ese instrumento africano de veintiún cuerdas (11 tocadas con la mano derecha) y con un calabazón como caja de resonancia. Y hete aquí que de la noche a la mañana me encuentro bajando libros sobre el asunto, consultando y por medio de un amigo consigo al final, proveniente de un pintor garífuna del caribe local que anduvo hace unos años por Senegal, una copia de este compacto de uno de los más reputados e innovadores maestros actuales, Soriba Kouyaté, quien ha tocado, me dicen, para el presidente de dicho país, el señor Senhor.



Escuchando ese sonido parecido al arpa, me sentí, si no Nerón, por lo menos el señor presidente.

10 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Me ha encantado tu texto y hago mias tus sensaciones musicofóbicas que en menor escala experimenté hace unas semanas. Si la recuperación es a través de la kora, bienvenida sea. Es un instrumento de una riqueza musical indescriptible y que poco a poco se va haciendo habitual en nuestras vidas.

Jazz dijo...

Que bueno esto!!!!!!!!
El uso de instrumentos autóctonos de diferentes países en el jazz le da a este género musical nuevas lecturas e improntas.
Que lenguaje maravilloso el del jazz que permite cobijar abiertamente todo tipo de instrumentos para su ejecución.

Excelente post!!!!!

Hector Aguilera S. dijo...

Interesante instrumento es la "kora". Ya nos lo había mostrado Dr.Krapp en uno de sus post. Es un instrumento rarísimo desde el punto de vista de su diseño, pero fantástico en su musicalidad. Tiene de pronto una estrecha similitud sonora con la del laud.
Armando, me ha gustado mucho este post que has hecho.
Saludos cordiales

Troglo Jones dijo...

A veces hay que alejarse para luego volver, desconectar un poco, pero no a costa de pegarse con el heladero, je, je. Yo suelo pegarme con el loro, aunque es bastante peligroso. Increible lo que puede sacarse de una calabaza. Es que la música no está en las calabazas ni en los órganos electrónicos, está en quién toca. Y en quién escucha.

Abrazos, y feliz regreso a la música.

Armando dijo...

Que tal amigos:Me alegro Doc. que te gustara. Hay que tener cuidado con esas sensaciones, pero ya ves, la música lleva su propio remedio.

Muy bueno, Jazz. Sólo pensá en lo que hizo Piazzola con el bandoneón y el tango. Gracias.

Que bueno que te gustó. El blog de Krapp es un manantial, Hector. En realidad con su resumen aprendí más que investigando. Es un diseño muy interesante el la "Kora", y debe ser cara, imagínate la cantidad de tierra que ocupa un sembradío de cajas de resonancia; y las cuerdas, si son de antílope, y su fabricación y el morro que hay que tener para tocarlo, cantar la tradición (transportandola) y ahora fusionarlo.

Si, lo del heladero me tiene de a centavo, Troglo. Lo estoy velando para devolverle la campanita y contratarlo para una fiesta en homenaje al helado, con todos sus colores y sabores, pero parece que todavía no se anima. Ya volverá, Je je. Le voy a sugerir un loro que cante "Jingle Bells" y que a su vez lo proteja de probables ataques futuros de musicofóbicos. Gracias por tu preocupación y ya estamos de vuelta en este maravilloso mundo.

Saludos a todos.

Esther dijo...

No me digas que sigue pasando el hombre de los helados con el carrito? Por aquí ya no hay costumbre sin embargo en muchas ciudades inglesas sí continua la costumbre.

Vaya con la kora, me gusta. Y qué sensible eres. Los africanos tienen unos instrumentos muy curiosos y llevan la música en la sangre.

Muchos besos de vuelta de vacaciones, Armando.

Armando dijo...

Pues sí, Esther pasaba todos los días, muy distante y despreocupado (algo de inglés debe tener) sonando la campanita y empujando la carreta de madera que anunciaba sus nieves. En la capital ya no se ven muchos. El susodicho, motivo de mis preocupaciones tiene por aqui cerca la competencia de unas tres heladerías de cadenas establecidas.

También ya me está gustando la Kora, como que voy escuchando tres veces el disco, que ajeno a los cambios sigue siéndolo ¿no es cierto?. A propósito, con estas fobias musicales que a veces atacan mi sensible alma jazzera y que a veces me hacen pensar que ya llegue al límite, se me metió en la cabeza darle una retocada al blog, a ver si me mandas unas sugerencias. Para no salir del tema, puedes escuchar algo de música experimental que hace un maestro por aquí, a partir de la marimban en: http://www.youtube.com/watch?v=ZFkXoD8KKlo&feature=related

Besos

Hola July, me alegra que te guste el Blog, voy a pensar bien lo de los cambios. Paso luego a visitarte.

Un saludo.

Esther dijo...

Muy interesante y curioso. Joaquín Orellana veo que también es un investigador e inventor de instrumentos, creador de paisajes sonoros contemporáneos. El vídeo es de 2008, pues me hubiera gustado estar es esta performance, si viniera por Madrid creo que tendría mucho éxito.

Sobre el diseño de tu blog, quizá cambiarle el fondo por alguno más suave o simplemente blanco o un gris a un 40% aprox, lo haría más elegante y de más fácil lectura. Elegir para las tipografías sólo un par de colores. No poner colores chillones. Por ejemplo aunque lo que tu hagas estará bien seguro. Puedes probar diferentes plantillas que te ofrece Blogger y ver cuál es más adecuada para la imagen que quieres transmitir.

Más besos, Armando!

kuto dijo...

Con este canto NEGRO y quejumbroso, y el sonido africanisimo de la kura hemos viajado hacia el interior de la semilla del jazz.

Esos sonidos que fueron parte del espíritu del jazz, siguen existiendo en la música africana porque allí nada cambia, ni siquiera a mejor...
Enhorabuena por el post, amigo Armando.

Armando dijo...

Un artista notable, Joaquín, Esther. Muy sencillo y siempre experimentando lo suyo adentro de las entrañas del teatro nacional, obra de otro notable de por aquí, Efrain Recinos, que seguro también te gustará:
http://www.youtube.com/watch?v=Eson0cqu5wc
Gracias por las sugerencias, voy a probar, a ver si no lo estropeo todo.

Otro Beso

En el canto está la semilla, así lo sentí con el vídeo, Kuto, no apagando el sonido de la kora, sino dandole espíritu. A los africanos les debe pasar lo que a otros, que no han salido y ya están pensando en regresar y luego como en la clásica, beguin the beguine. A algunos en algún momento, les llegará la hora buena y se sentirán como yo, ahora.

Un abrazo.