No había planificado ni menos programado (menos aún despues de un reciente fracaso) entrada alguna sobre un/a bajista, pero debido a mi admiración por el director de cine George Stevens (particularmente lo que llaman su trilogía americana que comprende las películas: “Gigante”, “Un Lugar en el Sol” y “Shane el Desconocido” (filmadas entre 1951 y 1956), siempre sostuve en mente la idea de algun día garabatear algo que lo relacionara. Así, como todos los fines de semana desde hace ya un buen tiempo (Tiempo de Swing se llamó la primera película de Stevens en 1936), de la pila de discos pendientes tomé al azar el interesante álbum (aunque prefiero el de Coleman) “Body & Soul. Archie Shepp & Richard Davis” y (ingenioso que es uno) cual mosquita volando atrape la ideota (asi es como a veces las ideas se vuelven ideales que no existían) de titular el texto que sirve de pretexto al contexto de la presente entrada cuyo simple propósito es agradecer al (para mí) desconocido bajista Richard que no se halla olvidado de los escuchas anónimos con grabaciones como esta colaborando con Shepp, para apreciarlo en lo que vale.
Un super técnico del contrabajo de la vieja escuela del conocido como Jazz de la Costa Este, nacido en Chicago en 1930, cuyo talante musical sin compromisos lo ha llevado del jazz del mainstream hasta el freewheeling acompañando a Elvin Jones (no recomendable, si busca una paliza con clase oiga y vea a Jo Jones), forjando su destreza con el sacrificio de pagar clases privadas durante 10 años con el poco dinero que ganaba tocando y tambien aprendiendo en la Banda de la Universidad del Estado de Illinois.
No le sentí, digamos el cachondeo, que Cachaito Lopez mantiene en sus ejecuciones con este noblemente tallado instrumento (que parece le viene de su padre andaluz) y con el cual llegó ya forjado de Cuba a darle sonido al cine silente y animación a los casinos de Las Vegas (también ya forjado en jugar la ruleta en los casinos de La Habana donde tocaba, pero esa es otra historia).
Me gustaron particularmente sus solos intercalados en la ejecución de “Things Ain't What They Used To Be” (Mercer Ellington) 12:36 (cambio y fuera).
4 comentarios:
Bueno, pero con tu magnífica entrada, ahora puede ser "Davis el Conocidísimo", no? je je Es broma. Lo que sí es cierto es que me ha gustado mucho esta entrada y también "conocer" a Davis.
Un fuerte abrazo.
Mientras sea broma y no trampa E. Cualquier día me reconocen por permanecer en el anonimato. je je Que bien que te gustara la entrada, me gustó de veras el disco de Davis con Shepp.
Otro Abrazo.
Disfruta el descubrimiento, amigo, aunque no es tan desconocido como parece. Es el bajista de Dolphy en los míticos conciertos del Five Spot, así como en "Out to lunch". Y está en varios grandes discos de Andrew Hill.
Un abrazo.
De hecho lo estoy haciendo,amigo. Siempre hay espiritus libres como el tuyo que ponen las cosas en contexto y me has recordado los tiempos del colegio (semimilitarizado) cuando durante los recreos (2 por la mañana y 1 por la tarde) me acercaba al grupo de los "dementes" que más de alguna vez comentaron el disco relacionándolo con las posibilidades de la marimba (Hutcherson)olvidándose injustamente del noble bajo. Con esa escuela lo escuché años después pero no muy me gustó (seguro que me asustaron los trompetazos de Hubbard)y ahora lo pondré a encabezar la lista de pendientes junto con Andrew en lugar de un Hill (saxofonista canadiense del smooth de relativa fama en el subgénero). A veces pienso que me habría salido más barato refaccionarme un pan con frijoles a la hora del recreo. ¿No te parece?
Un abrazo & "Take five"
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