martes, 17 de junio de 2008

Song for my Father




Desde la perspectiva de los tempranos 2000’s, es claro que unos pocos músicos de jazz han tenido el gran impacto en el “mainstream” contemporáneo que tuvo Horace Silver. El estilo hard bop del que Silver fue pionero a inicios de los 1950’s , es ahora dominante, tocado no sólo por músicos de su época y de una generación anterior sino por muchos que todavía no habían nacido cuando dejó de gozar (es un decir) del favor de los críticos en los años 1960’s y 70’s. Pero como es natural en todo acto creativo, las influencias son de doble vía y las de Horace se remontan a la música de cabo verde que el escuchó de su padre nacido en Portugal, pasando por Monk, Powell y Getz. En 1952 grabó para Blue Note con Lou Donaldson su primer álbum como líder y en 1953 unió fuerzas con Art Blakey para formar la banda The Jazz Messengers, un hito en el desarrollo de lo que llegó a conocerse como hard bop.
El 26 de octubre de 1964 es fecha memorable en la historia de Blue Note Records, tanto porque Silver firmaba el LP Song for My Father, como porque se alcanzaba el pico de una discografía ya considerada clásica en el género. Silver fue siempre un maestro a la hora de balancear ritmos “jump” con armonías complejas para producir una mezcla única de no pertenencia (a este mundo cruel, se entiende) y sofistificación; parte de ello viene de la fascinación – que según dijo alguna vez- sentía por los ritmos y modos lejanos a su entorno – . El toque bossa de la clásica for My Father, por ejemplo, o el tema Calcuta Cutie, con sabor a lejano oriente, o el ritmo y sonido tropical de ¿Qué Pasa? así lo hacen sentir en este álbum. Detalles como estos alteran el sonido toral de Silver, justamente lo suficiente para que le salga la clase, lo cual explica porqué el álbum llegó a ser un preferido. El album incluye también la standard del hard bop “The kicker” del saxo tenor Joe Henderson. Recomendable en cualquier colección de Jazz. Está disponible en mininova y se puede descargar por la plataforma libre de Vuse (antes azureus).


2 comentarios:

Sebastián Mondéjar dijo...

Excelente reseña sobre el sublime Horace Silver. Con frecuencia olvidamos que el jazz no fue sólo una creación afro-americana. Por aquellos años había ya mucha mezcla de razas, y mucho mestizaje entre los músicos. Horace Silver tenía sangre portuguesa, y el ADN de su gran compadre Mingus era un conglomerado afro-sueco-chino-inglés, razón por la cual pasó toda su infancia con frecuentes e intensos problemas de identidad y recibiendo pescozones de todos los colores: por parte de los negros, porque no era negro; por parte de los blancos, porque no era blanco. Y viceversa. Músicos como ellos le abrieron muchas puertas al jazz, incorporándole otros bagajes y otros referentes culturales. Ellos hicieron el jazz más universal de lo que ya era. De eso se trataba. El jazz es hoy una verdadera "alianza de civilizaciones" con ramificaciones infinitas. El mundo es mezcla. La mezcla es nuestra madre... ¡y nuestro padre! ¡Song for my Father!

Armando dijo...

Un buen complemento a la reseña, Sebastian.