Al principio, África
CAMILO: Se ha escrito mucho sobre la africanía en la música caribeña, sobre todo la cubana, y se han hecho comparaciones entre el ragtime y el son. La coincidencia está en el ritmo de la clave. Tres dos o dos tres, las dos combinaciones posibles, pero originalmente era tres tres. Hay muchas músicas, algunos ritmos brasileños, basados en el elemento rítmico primordial africano que perdura en casi todas las músicas. En el Caribe, se le añadió el segundo compás, que lo volvió tres dos, que es la base del son. El Ragtime está basado en la misma africanía. Ese gran descubrimiento se lo debemos a Dizzie Gillespie, que conoció a Chano Pozo, presentado por Mario Bauzá.
CAMILO: La música que hacemos, que en genérico podríamos llamarle jazz, es a fin de cuentas el resultado de la diáspora africana.
Después, España
CAMILO: A principios del jazz, con el ragtime, se hablaba del spanish tinge (algo así como el sabor español), y de esto hay archivos en el Smithsonians Museum con pioneros pianistas del jazz de principios del siglo XX, tocando habaneras. Esto demuestra que el componente español y latino ya estaba presente en el jazz desde sus orígenes.
Después, España
CAMILO: A principios del jazz, con el ragtime, se hablaba del spanish tinge (algo así como el sabor español), y de esto hay archivos en el Smithsonians Museum con pioneros pianistas del jazz de principios del siglo XX, tocando habaneras. Esto demuestra que el componente español y latino ya estaba presente en el jazz desde sus orígenes.
Gillespie, Bauzá, jazz y Cuba
CAMILO: Mario Bauzá, negro cubano de la Sinfónica de La Habana, decide ir a Nueva York a abrirse caminos, transformándose rápidamente en el primer trompeta de la banda de Chick Webb y, aparte de ser propulsor del encuentro de la música cubana con el jazz junto con Gillespie, cuando Ella Fitzgerald va a audicionar a la banda de Chick Webb, quien la escucha primero es el cubano. Y se la presenta a Webb, que descansaba y no quería que le molestasen. Después de que Bauzá le convenciera de lo que tenía que escuchar, ese mismo día, Ella estaba cantando con la orquesta luciendo un traje de la señora de Mario Bauzá, porque ella no tenía qué ponerse.
CAMILO: Ese movimiento, el intercambio entre el Caribe y el jazz, existe desde hace mucho. Apenas un detalle que sirve de ejemplo: mucha gente no sabe que Caravan, la famosa pieza de Duke Ellington, no es de él. Está compuesta por Juan Tizol, un trombonista puertorriqueño que trabajaba en su banda.
CAMILO: Mario Bauzá, negro cubano de la Sinfónica de La Habana, decide ir a Nueva York a abrirse caminos, transformándose rápidamente en el primer trompeta de la banda de Chick Webb y, aparte de ser propulsor del encuentro de la música cubana con el jazz junto con Gillespie, cuando Ella Fitzgerald va a audicionar a la banda de Chick Webb, quien la escucha primero es el cubano. Y se la presenta a Webb, que descansaba y no quería que le molestasen. Después de que Bauzá le convenciera de lo que tenía que escuchar, ese mismo día, Ella estaba cantando con la orquesta luciendo un traje de la señora de Mario Bauzá, porque ella no tenía qué ponerse.
CAMILO: Ese movimiento, el intercambio entre el Caribe y el jazz, existe desde hace mucho. Apenas un detalle que sirve de ejemplo: mucha gente no sabe que Caravan, la famosa pieza de Duke Ellington, no es de él. Está compuesta por Juan Tizol, un trombonista puertorriqueño que trabajaba en su banda.
Jazz latino
TRUEBA: El jazz latino es algo que se fragua en la calle. Conozco pocos casos de músicas más populares. Hechas al margen de la academia. Dentro del jazz hay de todo (académico, más popular, más intelectual...) pero si algo tiene el jazz latino es que es el producto de la realidad, de una serie de migraciones, de viajes de ida y vuelta, de gente que va desde las islas del Caribe y otros países, que se encuentran en Nueva York con la música que se está haciendo. No en las compañías discográficas ni en las universidades, sino en las calles, en los clubes, en las descargas en Central Park, en las que se hacían en las calles de Manhattan décadas atrás...
TRUEBA: El jazz latino es algo que se fragua en la calle. Conozco pocos casos de músicas más populares. Hechas al margen de la academia. Dentro del jazz hay de todo (académico, más popular, más intelectual...) pero si algo tiene el jazz latino es que es el producto de la realidad, de una serie de migraciones, de viajes de ida y vuelta, de gente que va desde las islas del Caribe y otros países, que se encuentran en Nueva York con la música que se está haciendo. No en las compañías discográficas ni en las universidades, sino en las calles, en los clubes, en las descargas en Central Park, en las que se hacían en las calles de Manhattan décadas atrás...
CAMILO: Yo salí de República Dominicana tocando bebop. Así llegué a Nueva York, tratando de integrarme al jazz tradicional. Sin embargo allí me dio una melancolía inmensa. Encontré en tocar latino la posibilidad de llenar esos espacios, de mantenerme en contacto. Por eso hago jazz latino.
El músico y la música
CAMILO: En mis primeros años en Nueva York, toqué en un quinteto donde el saxofonista era Michael Brecker. Entre set y set, él se iba a una esquina del camerino y tocaba todo lo que él creía que le había salido mal, para perfeccionarlo. Así es esta música, siempre se puede hacer mejor y se puede uno pasar la vida entera buscando esa perfección.
CAMILO: Una de mis principales influencias es el maestro Ernesto Lecuona. De él aprendí las bases, ya que él fue uno de los que pudo traducir lo que escuchaba, rítmicamente hablando, a la mano izquierda. Así como en Estados Unidos pudieron traducir la africanía al jazz, Lecuona y algunos otros pudieron traducir la africanía a la mano izquierda en el piano. También ha sido fundamental mi formación clásica -desde los diez años ingresé al conservatorio y a partir de los 16 a la Sinfónica-. Después estudié en la escuela Julliard en Nueva York. Y por supuesto, el jazz, que llegó a mí por accidente. A los 14 años y medio encendí el radio y sonaba ahí un tema de jazz. Qué es eso, me pregunté, y a partir de ahí, ha pasado lo que ha pasado.Ahora tengo el reto del cine. Ponerle música a algo que ha pensado el director de la película.
CAMILO: Tocar jazz no solamente exige dominar un instrumento, sino también tener ideas y dominarlas.
CAMILO: En mis primeros años en Nueva York, toqué en un quinteto donde el saxofonista era Michael Brecker. Entre set y set, él se iba a una esquina del camerino y tocaba todo lo que él creía que le había salido mal, para perfeccionarlo. Así es esta música, siempre se puede hacer mejor y se puede uno pasar la vida entera buscando esa perfección.
CAMILO: Una de mis principales influencias es el maestro Ernesto Lecuona. De él aprendí las bases, ya que él fue uno de los que pudo traducir lo que escuchaba, rítmicamente hablando, a la mano izquierda. Así como en Estados Unidos pudieron traducir la africanía al jazz, Lecuona y algunos otros pudieron traducir la africanía a la mano izquierda en el piano. También ha sido fundamental mi formación clásica -desde los diez años ingresé al conservatorio y a partir de los 16 a la Sinfónica-. Después estudié en la escuela Julliard en Nueva York. Y por supuesto, el jazz, que llegó a mí por accidente. A los 14 años y medio encendí el radio y sonaba ahí un tema de jazz. Qué es eso, me pregunté, y a partir de ahí, ha pasado lo que ha pasado.Ahora tengo el reto del cine. Ponerle música a algo que ha pensado el director de la película.
CAMILO: Tocar jazz no solamente exige dominar un instrumento, sino también tener ideas y dominarlas.
CAMILO: Cuando llegué a Nueva York había una etnomusicóloga que tenía una beca del Departamento de Cultura de Estados Unidos para hacer investigaciones sobre la música latina. Ella gestionaba un espacio no comercial, el Soundscape, donde centraba su trabajo. Todos los jueves en la noche nos reuníamos los músicos latinos y la elite que se juntaba en ese espacio que ni siquiera daba a la calle (quedaba en un quinto piso), a oír las intervenciones de los diferentes músicos, intercambiar ideas, mezclas de música de santería, ritmo de rumba, son, conga... Inclusive cuando vino la época de los marielitos, a principios de los ochenta, muchos músicos cubanos, como Daniel Ponce, iban ahí a reencontrarse con sus raíces y a enriquecer esas sesiones.Eso sucedía también en unas descargas que organizaba Mario Rivera, el saxofonista, que todos los lunes a partir de las 12 de la noche y hasta las seis de la mañana, en la 145 y Broadway. Era hasta peligroso ir ahí a esa hora. Se juntaban músicos de jazz y latinos.Estas eran maneras de nutrirse, de crecer como músico, tanto para unos como para otros. Este tipo de experiencias siguen teniendo lugar en Nueva York.
TRUEBA: Toda la mezcla que se produce en el jazz latino venida desde Cuba, de Brasil, de República Dominicana... y que se encuentra en Manhattan, es pura música. No surge porque ninguna discográfica o los críticos, ni nadie, los apoye. Surge porque los músicos deciden hacer su propia música. Crearla al margen del comercio, porque cualquiera de estos músicos dedicándose a hacer música comercial viviría mucho mejor evaluándolo desde la cuenta corriente.
Música y cine
TRUEBA: Es muy habitual que la música en el cine sea un trámite de última hora. Se termina de editar y entonces se llama a algún músico para que la musicalice en 10 días. Por supuesto que algo sale, pero es un añadido final, que no resulta de un proceso de intercambio. A mi me gusta que el músico participe desde el principio. Michel Camilo tuvo el guión de Two Much en sus manos casi desde la primera versión.
CAMILO: El guión de Two Much me lo envió Fernando Trueba, mucho antes de que la película se empezara a filmar. De hecho tuve en mis manos varias versiones del guión. En algún momento tuve la idea del tema de amor. Inmediatamente llamé a Fernando y le dije: "Escucha que este es el tema de la escena de amor" y le toqué, vía telefónica, Two Much / Love Theme"
TRUEBA: Toda la mezcla que se produce en el jazz latino venida desde Cuba, de Brasil, de República Dominicana... y que se encuentra en Manhattan, es pura música. No surge porque ninguna discográfica o los críticos, ni nadie, los apoye. Surge porque los músicos deciden hacer su propia música. Crearla al margen del comercio, porque cualquiera de estos músicos dedicándose a hacer música comercial viviría mucho mejor evaluándolo desde la cuenta corriente.
Música y cine
TRUEBA: Es muy habitual que la música en el cine sea un trámite de última hora. Se termina de editar y entonces se llama a algún músico para que la musicalice en 10 días. Por supuesto que algo sale, pero es un añadido final, que no resulta de un proceso de intercambio. A mi me gusta que el músico participe desde el principio. Michel Camilo tuvo el guión de Two Much en sus manos casi desde la primera versión.
CAMILO: El guión de Two Much me lo envió Fernando Trueba, mucho antes de que la película se empezara a filmar. De hecho tuve en mis manos varias versiones del guión. En algún momento tuve la idea del tema de amor. Inmediatamente llamé a Fernando y le dije: "Escucha que este es el tema de la escena de amor" y le toqué, vía telefónica, Two Much / Love Theme"
CAMILO: El disco con Tomatito se basa en una experiencia que hemos tenido en los últimos años. Hicimos 40 conciertos antes de entrar al estudio. A Tomatito, al igual que a mí, le gusta experimentar mucho. Spain es un proyecto que se renueva de concierto en concierto.
Calle 54
CAMILO: Después de ver el estreno de Calle 54 en esa magnífica proyección en esa plaza, los músicos que ahí estábamos nos sentíamos en la gloria. Muy emocionados.
TRUEBA: La realidad de esta película son los músicos. Yo quería que el cine estuviera al servicio del sonido y no al revés.
CAMILO: Lo bonito de la película de Fernando es que muestra toda una gama de colores y confirma que el jazz no tiene una sola cara.
TRUEBA: En muchos aspectos ha sido un desafío porque me tenía que situar en paralelo con la música para captar algo que iba a suceder en forma espontánea. La toma buena fue siempre la escogida por los músicos, aunque hubiera otra con mejores planos. Lo que quiero es que esta música llegue a más gente para que aprenda a amarla
Michel Camilo y Tomatito
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